Las noches y los ríos
"...Vivo fuertes madrugadas que al otro día siento..."
Y así se fue otro fin de semana. El último de octubre. Chau chau octubre.
Se fue en Ramos. Se fue lindo.
A las doce de la noche yo salía de la ducha y Das me toca el timbre. Lo hago esperar el tiempo suficiente para: secarme, desenredarme el pelo, delinearme, vestirme, agarrar llaves y plata. Llovía muy poco.
Compro cigarrillos y chicles, nos subimos al 96.
En Ramos estaban Lucho, Quique y Flavia. Hacía calor. Esperábamos a Anamanzana y a Karina.
Cuando llegaron partimos hacia Varsovia, lugar que pintaba para alojar nuestras noches ramosmejianas.
Llegó Jimena. Calor + no lugar = partida.
Otro bar. No se ni supe el nombre. Lindos bebestibles. Música de nuestra pre adolescencia.
La Stella Artois me gusta más que la Quilmes. Me digan lo que me digan.
Partida.
Shell. Feo sandwich, sabrosa Coca Cola. Lucky Strike me avisaba que se me terminaba el atado.
Quedamos Quique, Das, Karina y yo.
Eventualmente, los dos primeros se fueron.
Varias horas después, los segundos también, pero a caminar por Ramos.
Y así, hasta que a las once y media me subí al tren.
Chau chau octubre.
No vuelvas.
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