La ciudad y los ríos
Cómo están?
Tanto tiempo no? (ahre)
Bueh, comento:
Vengo bien. Sí, como suena.
Vengo de un mini trip a un poblado bonito de Bs. As. con mi novia que me sirvió para terminar unos trámites, pasar unos buenos ratos con ella y mirar alrededor y darme cuenta de que me encantaría pasar mi vida en un lugar así, un lugar que te de la oportunidad de pensar, relajarte, respirar aire como corresponde.
Un lugar en dónde la gente te salude sin conocerte, te traten cordialmente, nadie esté apurado para ir a ningún lado y las cosas se hagan en otro tiempo y forma.
Pero también, inútil negarlo, soy un insecto de la ciudad. Nací y vivo en el medio del caos de la urbe porteña. Cualquier modificación de ese ritmo me cambia la percepción de las cosas, me atonta. Ir a la casa de mi novia, un lugar más calmo a diez minutos de una zona atestada de gente, autos y colectivos, me hace sentir como en otra atmósfera. Una que me encanta, pero que sin embargo no puedo empezar a disfrutar automáticamente sino que debo esperar un tiempo, para desconectarme del Acoyte y Rivadavia que llevo dentro y poder ver la paz y la calma enderedor.
Sin embargo, esos momentos, cuando los recibo y los asimilo, me llenan de tranquilidad. Me hacen sentir bien, renovado, sin ganas de abandonarlos.
Pero inevitablemente uno se adentra en una rutina que, cual arena movediza, te dificulta más y más la salida. Es así y será así por un tiempo, espero que corto, pero hay que salir y ponerle el pecho a las balas.
Por ahora me quedo con eso. Ya veré más adelante si puedo realizar otra huída hacia algún lugar asi o mejor.
Yo quiero.
Tanto tiempo no? (ahre)
Bueh, comento:
Vengo bien. Sí, como suena.
Vengo de un mini trip a un poblado bonito de Bs. As. con mi novia que me sirvió para terminar unos trámites, pasar unos buenos ratos con ella y mirar alrededor y darme cuenta de que me encantaría pasar mi vida en un lugar así, un lugar que te de la oportunidad de pensar, relajarte, respirar aire como corresponde.
Un lugar en dónde la gente te salude sin conocerte, te traten cordialmente, nadie esté apurado para ir a ningún lado y las cosas se hagan en otro tiempo y forma.
Pero también, inútil negarlo, soy un insecto de la ciudad. Nací y vivo en el medio del caos de la urbe porteña. Cualquier modificación de ese ritmo me cambia la percepción de las cosas, me atonta. Ir a la casa de mi novia, un lugar más calmo a diez minutos de una zona atestada de gente, autos y colectivos, me hace sentir como en otra atmósfera. Una que me encanta, pero que sin embargo no puedo empezar a disfrutar automáticamente sino que debo esperar un tiempo, para desconectarme del Acoyte y Rivadavia que llevo dentro y poder ver la paz y la calma enderedor.
Sin embargo, esos momentos, cuando los recibo y los asimilo, me llenan de tranquilidad. Me hacen sentir bien, renovado, sin ganas de abandonarlos.
Pero inevitablemente uno se adentra en una rutina que, cual arena movediza, te dificulta más y más la salida. Es así y será así por un tiempo, espero que corto, pero hay que salir y ponerle el pecho a las balas.
Por ahora me quedo con eso. Ya veré más adelante si puedo realizar otra huída hacia algún lugar asi o mejor.
Yo quiero.
1 Comentarios:
eh fran, el norte, jujuy, viva la puna, es la posta ;-) sólo soñalo, muchuaks!
pd: lo que me gusta de ese post es que dice algo sobre eso en lo que andás
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